Falete regresa a Canarias con su espectáculo más íntimo, “Desnudando el alma”, donde promete ofrecer “más del cien por cien” en el Teatro Leal de La Laguna.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
El artista y cantante andaluz de flamenco y copla Falete conversó con Kiko Blanki en el programa Arrasando de Radio Las Palmas, donde repasó su trayectoria, reflexionó sobre la esencia del arte y adelantó detalles de su próxima actuación en Tenerife, el jueves 9 de octubre. En una entrevista llena de cercanía y humor, Falete se mostró fiel a su estilo, libre, apasionada y profundamente conectada con el público que la sigue desde hace más de dos décadas.
Vocación temprana
¿Desde cuándo supiste que querías dedicarte a la música?
Yo siempre digo que nací artista. No cantante, artista, que no es lo mismo. Recuerdo que con cuatro o cinco años ya jugaba a interpretar con un mantel, un bolígrafo y papel de plata para hacer el micrófono. Ese era mi juego favorito, y con el tiempo me di cuenta de que no era un juego, era mi destino. La música estaba en mi casa desde siempre, pero mi necesidad de expresarme iba más allá de una afición: era una forma de vida.
¿El escenario sigue siendo tan importante para ti como cuando empezaste?
El escenario para mí es mi casa. Es el lugar donde mejor me encuentro y donde soy completamente yo. Si un día me faltara, seguiría cantando igual, aunque fuera en mi habitación. Allí es donde puedo desnudar el alma, y por eso cada actuación es un acto de verdad. Cuando subo a las tablas me olvido del tiempo, de los miedos y de lo que pasa fuera.
Trayectoria y aprendizaje
¿Te resultó difícil abrirte camino en el mundo del espectáculo?
Afortunadamente no. He tenido la suerte de contar siempre con el apoyo de mi familia, que me enseñó a ser un alma libre, a caminar con la frente alta y a respetar sin agachar la cabeza. Ese respaldo fue clave para no sentir miedo y para afrontar la vida con seguridad. Es verdad que todos cometemos errores, pero los tropiezos también forman parte de la experiencia que te construye como artista.
¿Alguna vez te has sentido menospreciado dentro de la profesión?
Nunca. Al contrario, desde mis comienzos he recibido mucho cariño de mis compañeros. Cuando salí por primera vez en televisión de la mano de Jesús Quintero, quien fue mi padrino artístico, me llamaron personas como Pedro Almodóvar, Rocío Jurado o Isabel Pantoja. Aquello me confirmó que estaba en el camino correcto y que mi música tenía un sitio propio.
El nuevo espectáculo
¿Qué encontrará el público canario en tu espectáculo “Desnudando el alma”?
Es un formato íntimo, muy personal. En el escenario solo estaremos un pianista y yo, sin más acompañamiento. Es un viaje emocional a través de rancheras, boleros, copla, flamenco, baladas y canción melódica. He elegido temas que me han acompañado desde la infancia, la adolescencia y la juventud, canciones que hablan del amor, del desamor, de la familia y de la vida. Es un recital hecho desde el corazón y con el alma completamente abierta.
¿Por qué decidiste apostar por una propuesta tan sencilla?
Porque no hacen falta grandes orquestas ni decorados para transmitir verdad. Cuando hay emoción y autenticidad, bastan una voz y un piano para llenar un teatro. He trabajado con formaciones grandes, incluso con sinfónicas, pero este formato es distinto. Es más directo, sin filtros, donde cada palabra llega al público como una confidencia.
Relación con el público
¿Qué papel ocupa el público en tu carrera?
El público es lo más importante. Sin ellos no somos nada. Yo siempre digo que el artista sin público no existe, igual que un profesor sin alumnos o un tendero sin clientes. Son el juez más justo, el que te da y te quita sin mentiras. Por eso me entrego al cien por cien en cada concierto. Lo mínimo que puedo hacer es devolverles ese cariño inmenso que me dan.
¿Tienes alguna anécdota especial con tus seguidores?
Muchas. Recuerdo una pareja que se pidió matrimonio en un concierto mío. Al tiempo volvieron con su bebé recién nacido solo para presentármelo. O aquellos fans que viajaron en autobuses desde Sevilla al norte de España para verme actuar. Esas historias te tocan el alma. Más que admiradores, con los años se convierten en familia, porque el amor que te dan es sincero y desinteresado.
Redes y crítica
¿Cómo afrontas las críticas y el mundo de las redes sociales?
Intento no tomarlas demasiado en serio. Hay gente que usa las redes para construir y otros para destruir. Los que se esconden tras perfiles falsos son personas con carencias profundas. Una crítica hecha con respeto puede ayudarte a reflexionar, pero cuando se convierte en insulto deja de tener valor. Yo prefiero quedarme con la parte positiva, con quienes las usan para compartir arte y alegría, que es lo que realmente cuenta.
¿Has sentido alguna vez que te vetaban por ser como eres?
Si lo han hecho, no han tenido la valentía de decírmelo. Yo soy como soy y no pienso cambiar para agradar a nadie. En esta vida hay que tener las ideas firmes y no dejar que nadie te imponga sus miedos. La libertad personal es algo que no negocio. Si alguna puerta se cierra, otra se abre, y lo importante es seguir adelante sin perder la esencia.
Amor a Canarias
¿Qué te une al público canario?
Muchísimo cariño. He recorrido todas las islas y cada vez que vuelvo me siento como en casa. La gente de Canarias es auténtica, generosa y de corazón. Me habéis dado tanto amor que quiero corresponderlo dando más del cien por cien en el Teatro Leal. Cada vez que canto allí, pienso que podría quedarme a vivir entre ustedes.
La conversación con Falete en Arrasando muestra a un artista maduro, seguro de su camino y fiel a su verdad. Habla de su oficio con la naturalidad de quien entiende el arte como un acto de entrega, no de artificio. A las puertas de su cita con el público tinerfeño, promete un espectáculo que no busca el brillo del espectáculo masivo, sino el de la emoción compartida. Desnudando el alma es, en sus propias palabras, un reencuentro con lo esencial: la voz, el piano y la sinceridad de quien nunca dejó de cantar, porque, como dice Falete, «yo ya nací artista».
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