• Sociedad José Luis Suárez: «La vida me enseñó que trabajar con pasión vale más que el dinero»

      

    16/10/2025 | 08:27   |   Redacción 

    José Luis Suárez: «La vida me enseñó que trabajar con pasión vale más que el dinero»

    El apreciado y seguido locutor canario repasa su historia de superación, humildad y amor por la radio, una trayectoria que inspira a las nuevas generaciones a buscar su propósito más allá de las recompensas materiales.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    En el programa Hacedores del Cambio, que dirige Carlos Jiménez, el invitado fue José Luis Suárez, una de las voces más queridas y reconocidas del panorama radiofónico canario, con más de seis décadas de trayectoria en Radio Las Palmas. En una conversación sincera, cercana y llena de complicidad, repasó su vida desde sus primeros años como botones hasta su consolidación como El Vecino, el comunicador que supo ganarse el afecto de toda una audiencia. Su testimonio refleja esfuerzo, fe en el trabajo y una filosofía vital que sitúa la pasión muy por encima del dinero.


    Los comienzos

    ¿Te acuerdas de cómo empezó todo antes de llegar a la radio?

    Empecé a trabajar con solo once años, cuando mi madre iba a dar a luz y me mandaron desde Santa Brígida a la capital. Un primo me consiguió un trabajo repartiendo revistas en la librería Hispania, cerca de la Catedral. Fue un cambio radical: pasé del campo a la ciudad sin conocer ni las calles. Aquellos primeros días fueron duros; lloré mucho y me perdía con frecuencia, pero pronto aprendí que la vida no espera. Ese fue el primer paso para entender que el esfuerzo abre caminos y que hay que ganarse el lugar a base de constancia.

    ¿Y cómo fue que terminaste en Radio Las Palmas siendo tan joven?

    Fue una casualidad preciosa. Mi padre era amigo de don Andrés Roda, el dueño de la emisora, y durante un verano en el campo le pidió que me diera una oportunidad. Me presenté puntual y empecé como botones en la sede de Triana. Tenía apenas once años y me encontré rodeado de cuarenta profesionales que me adoptaron como aprendiz. Aquel primer día no lo olvido: sentí que entraba en un mundo distinto, lleno de voces, cables y magia. Desde entonces, esa casa se convirtió en mi escuela y mi familia durante toda una vida.

    ¿Qué se sentía al trabajar siendo casi un niño?

    Era otra España, completamente diferente. Hoy hablarían de explotación infantil, pero entonces era la única manera de aprender un oficio. No existían los programas de formación que hay ahora; uno aprendía mirando, escuchando y haciendo. Yo me sentía orgulloso de poder aportar algo y de ir entendiendo lo que significaba el trabajo. Aquellos años me enseñaron a ser responsable, a tener disciplina y a no rendirme ante las dificultades. Todo lo que vino después en mi vida nació de esa experiencia temprana.


    El salto profesional

    ¿Por qué dejaste la radio con catorce años si ya estabas dentro?

    Era una etapa en la que uno empieza a descubrir el mundo. Ya conocía a las chicas, tenía mis inquietudes y quería algo más. Fui al jefe y le pedí una mejora, pero me dijo que no había nada, así que me marché. Dos años después volví, pero esta vez como técnico de sonido. En ese momento sentí que cerraba un ciclo: ya no era un chico de los recados, sino alguien con una responsabilidad real. Esa segunda entrada marcó el comienzo de mi carrera de verdad.

    ¿Y cómo aprendiste el oficio de técnico sin haberlo estudiado?

    A base de prueba y error. La radio empezaba a incorporar los controles técnicos y nadie tenía experiencia. Aprendíamos entre todos, subiendo y bajando volúmenes, tocando botones sin miedo. Era una profesión nueva que exigía curiosidad y paciencia. Con diecisiete años ya dominaba los controles y entendía que lo importante era no tener miedo a lo desconocido. Esa etapa me dio confianza para afrontar cualquier reto, incluso el de hablar ante un micrófono, que jamás me lo había planteado.

    ¿Recuerdas el momento en que te animaron a hablar en antena?

    Perfectamente. Fue gracias a Mara González, una mujer con un talento y una intuición enormes. Un día me escuchó y me dijo que tenía buena voz. Me animó a salir del control y probar en antena. Al principio me dio vértigo, porque siempre he sido tímido y no me gustaba ser protagonista. Pero Mara insistió y acabé colaborando en su programa. Aquello me cambió la vida. Descubrí que podía comunicar, conectar con la gente y disfrutar haciéndolo. Desde ese momento supe que mi lugar estaba frente al micrófono.


    La radio como escuela

    ¿Cómo era trabajar en la radio en aquellos años?

    Nada que ver con ahora. En la emisora no bastaba con tener talento; también había que buscar patrocinadores para que el programa sobreviviera. Eso me obligó a salir a la calle, tocar puertas y ganarme la confianza de la gente. Al principio llamaba por teléfono, pero nadie me hacía caso, hasta que entendí que la gente necesitaba verte la cara. Aprendí que la cercanía lo es todo: la publicidad, como la vida, no se vende con un logotipo, sino con una sonrisa y honestidad.

    ¿Cuál fue tu primer programa propio?

    Uno que recuerdo con mucho cariño: Desde América la Música, patrocinado por Café El Gato Negro. Era una hora dedicada a la música latinoamericana, que siempre me encantó. Después llegaron América Sonora y La Mañana es Nuestra, donde nació El Vecino, ese personaje cercano y natural con el que la gente se identificaba. El público me veía como alguien de su entorno, no como una figura lejana. Y eso, sin duda, ha sido lo más bonito que me ha regalado la radio.

    ¿Te sientes más técnico o más comunicador?

    Creo que una mezcla de ambos. La técnica me enseñó la importancia del detalle y la precisión, y la locución me mostró el poder de la palabra. Pero lo más grande que me ha dado la radio es humanidad. Detrás de cada emisión hay emociones, personas que te escuchan mientras trabajan o están solas. Saber que tu voz puede acompañar a alguien, que puede darle consuelo o alegría, es lo más gratificante que existe.


    Filosofía de vida

    ¿Qué papel ha tenido el dinero en tu vida profesional?

    Nunca fue el centro de nada. He tenido momentos buenos y otros más justos, pero lo que nunca me faltó fueron ganas de trabajar. El dinero es necesario, sí, pero no puede ser el motor de la vida. He visto a compañeros obsesionados con ganar más y perder la ilusión. Yo siempre preferí disfrutar de lo que hago, sentirme útil y estar en paz. La verdadera riqueza está en trabajar en algo que te apasione y poder compartirlo con los demás.

    ¿Qué consejo le darías a los jóvenes que buscan éxito rápido?

    Les diría que el éxito no se mide por la fama ni por el sueldo, sino por la satisfacción de hacer bien las cosas. Que no esperen a que las oportunidades lleguen: hay que salir a buscarlas. El trabajo constante, la paciencia y la honestidad son claves. Y también que no se rindan ante el primer problema. Cada tropiezo enseña algo y cada paso, por pequeño que sea, te acerca a tu meta. La constancia siempre recompensa.

    ¿Te cuesta aceptar los halagos y los reconocimientos?

    Sí, muchísimo. Cuando alguien me felicita me da un poco de pudor, como si no me correspondiera. Pero con los años he aprendido que aceptar un elogio también es agradecer. No se trata de orgullo, sino de reconocer que el esfuerzo ha tenido sentido. Cada oyente que me saluda o me dice que lo acompaño cada mañana es un premio enorme. La radio me ha dado cariño, respeto y la certeza de que, de alguna manera, he dejado huella.


    La historia de José Luis Suárez es la de un hombre que convirtió el trabajo en una forma de vida. Desde aquel niño que repartía revistas hasta el locutor que sigue frente al micrófono, su recorrido demuestra que la pasión y la constancia son los verdaderos motores del cambio. En tiempos en los que muchos buscan recompensas inmediatas, su testimonio recuerda que los logros duraderos nacen del esfuerzo, la curiosidad y el amor por lo que uno hace. Su voz, aún cálida y cercana, sigue recordándonos que la felicidad no se mide en cifras, sino en vocación y propósito.

Publicidad

   Nuestras entrevistas

Publicidad

En directo