La artista Carmen Flores repasa su trayectoria, su relación con Lola y el cariño del público.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
La artista Carmen Flores ofreció una extensa entrevista a Kiko Blanki en el programa Arrasando, emitido por Radio Las Palmas. Durante la conversación repasó más de cinco décadas de trayectoria artística, su estrecha relación con su hermana Lola Flores, su retiro de los escenarios y la importancia de la copla en la música española.
Rosario, Carmen Flores y Lolita, tres generaciones unidas por el arte y el legado de la familia Flores.
Trayectoria artística
¿Cómo recuerdas tu éxito en Argentina, un país que te sigue queriendo tanto?
Estoy muy agradecida a Argentina porque me ha dado muchísimos éxitos y alegrías. He trabajado allí más de veinticinco años seguidos y el público nunca me falló. Cada vez que me llaman para entrevistas acudo con gusto, porque siento que les debo mucho. En noviembre me rendirán un homenaje y eso me llena de orgullo. Solo puedo agradecer tanto cariño y tanto reconocimiento que sigue vivo después de tantos años.
¿Siempre quisiste ser artista o fue algo que surgió por tu familia?
La verdad es que nunca pensé en dedicarme a esto. Desde pequeña cantaba en casa y mi hermana Lola me escuchó y me animó a subirme a un escenario. Con catorce años debuté en México y de ahí recorrí toda Sudamérica y España. Después, cuando Lola murió, seguí sola y trabajé casi cincuenta y siete años ininterrumpidos. Ha sido un camino largo, lleno de esfuerzo y experiencias que nunca imaginé tener.
Hermana de Lola
¿En qué momento dejaste de ser solo la hermana de Lola y te convertiste en Carmen Flores?
Siempre me gustó ser hermana de Lola Flores, nunca renegué de eso. Para mí fue una segunda madre y una artista irrepetible. Debuté con ella y la acompañé en giras donde aprendí mucho. Sin embargo, el público me quiso también por mi propio trabajo, porque yo no la imitaba y teníamos estilos distintos. Ser hermana de Lola es un orgullo que me acompañará siempre, incluso ahora que ella ya no está.
Durante años circuló el rumor de que eras hija de Lola. ¿Qué sentías al escuchar aquello?
Me hacía gracia porque no tenía sentido alguno. Yo tenía a mis padres vivos y una familia maravillosa. Es cierto que Lola me llevaba catorce años, pero en aquella época nadie tenía hijos a esa edad. Éramos tres hermanos muy unidos y para mí ella era la mayor, la que protegía y cuidaba de todos. Siempre he tenido claro mi lugar y me sentí orgullosa de compartir escenario y vida con ella.
La copla
¿Qué significa para ti la copla en el panorama musical español?
La copla nunca va a morir porque es parte de España y de nuestra identidad cultural. Lo que falta son artistas que la interpreten con cariño y categoría. Yo canté muchas rumbas, pero siempre preferí la canción fuerte, la copla seria, con letras profundas y música de grandes autores. Siento que hoy no hay voces que continúen esa tradición, y me duele que todo se incline hacia lo moderno.
¿Qué opinas de las fusiones actuales que mezclan copla con otros géneros?
Creo que la copla debe ser copla solamente. Es un género que no necesita añadidos para emocionar ni para mantenerse vivo. Autores como Quintero, León y Quiroga dejaron un legado de canciones maravillosas que hablan por sí solas. Hubo intérpretes que marcaron época, como Concha Piquer, Juanita Reina o Marifé de Triana. Lo que necesitamos son nuevas generaciones que se atrevan a cantar esas obras con respeto y entrega.
Retiro y vida
¿Qué te llevó a retirarte de los escenarios en 2019?
Me retiré en Mar del Plata, Argentina, después de un espectáculo que me dio mucha satisfacción. Tenía buena salud y aún fuerzas, pero entendí que había llegado la hora de dar un paso al lado. Fue una decisión difícil, porque siempre amé el contacto con el público. Sin embargo, sé que dejé un legado de grabaciones y recuerdos que permanecerán. Ahora disfruto de mi familia y de los homenajes que aún recibo.
¿Cómo afrontas el paso del tiempo y la cercanía de la muerte?
Tengo 88 años y gracias a Dios gozo de buena salud. Camino bien, estoy ágil y con la mente clara, lo que me permite disfrutar de hijos, nietos y bisnietos. No le temo a la muerte porque sé que llegará cuando tenga que llegar. Lo importante es haber vivido plenamente, con penas y alegrías, y dar gracias por lo recibido. Pido a Dios que me conserve así hasta los noventa, como mínimo.
Canarias y recuerdos
¿Qué lugar ocupan las Islas Canarias en tu memoria?
He actuado varias veces en Canarias, y siempre guardo un recuerdo especial. La gente es muy cariñosa y el clima resulta maravilloso, lo que convierte cada visita en una experiencia agradable. Aunque esté un poco lejos, siempre merece la pena viajar allí. Las Palmas en particular me dio muchas oportunidades y me siento agradecida por el cariño de su público. Para mí es un sitio inolvidable.
¿Qué te gustaría que quedara de tu recuerdo como artista y como persona?
Quisiera ser recordada como una mujer que vivió intensamente, con penas y alegrías como todos. Perdí a mis padres, a un hermano joven y a mi hermana Lola, pero también formé una familia numerosa con hijos, nietos y bisnietos. No cambiaría nada de mi vida porque me siento agradecida por lo que he recibido. Si algo queda de mí, que sea el cariño que di y el respeto por la música que amé.
Carmen Flores, a sus 88 años, reivindica el valor de la copla y el legado familiar que marcó su vida.
La conversación de Carmen Flores con Kiko Blanki en Arrasando dejó un retrato cercano de una artista que, tras casi seis décadas de carrera, conserva la lucidez y la pasión por la música. Orgullosa de su vínculo con Lola Flores, defensora incondicional de la copla y agradecida al público que la acompañó, especialmente en Argentina y en España, Carmen reivindicó su legado sin nostalgias. Desde el retiro, valora la salud, la familia y los recuerdos que la sostienen, con la certeza de que la copla, como ella misma afirma, «nunca va a morir».
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