AUTOR: Diego de Vicente Fuente
RLPFC | ir al programa - Jueves, 22 de agosto de 2024
Hago mía las siguientes palabras salidas de la versada erudición de un amigo cercano, D. Antonio de Armas de la Nuez; y digo bien, pese a tratarlo de Don es mi amigo. Y lo trato de Don porque su señorío, rango y recio abolengo así lo merecen.
Esas palabras son. “De entre las mortajas de aquel fútbol regional en el que ya nadie creía se alimentó la aspiración que envolvía el proyecto. Una locura para los más, y una solución para los menos”.
Dos hombres, dos visionarios por encima de todo:
Manuel Rodríguez Monroy. 1º socio fundador, fue el gestor de la idea de creación de la UD. Es triste, y hasta cierto punto penoso que un hombre como él se le relacione con el Club de baloncesto Sandra Gran Canaria que es como la historia conoce a este imperial equipo de baloncesto femenino que tanto honor y tanta gloria a dado a esta isla. Y no es penoso por ello, sino porque su legado, el de Rodríguez Monroy, está íntimamente ligado a esa cancha que dormita acunada entre viviendas y tendederos.
Adolfo Miranda Ortega. Pte. De la Federación Regional de Las Palmas, impulsor y catalizador del proyecto.
Ellos dos se subieron a lomos de un corcel llamado ‘LOCURA’ y galoparon con fe y renovados bríos hacia la consecución de un sueño.
Los jugadores isleños huían en desbandada hacia la península, la por entonces verdadera arcadia futbolística. Los equipos regionales vagaban sumidos en sus querencias, y un poco alejados de sus creencias. Tocaba revertir la historia que de forma pusilánime y acomodaticia nos conducía a un viaje a ninguna parte. Un viaje al principio de la negrura.
Costó unirlos a todos. Aquellos cinco clubes, aquellos cinco magníficos no dieron el sí de manera inmediata. Algunos de ellos temían perder su abolengo, su estatus preeminente. Tenían media encaminada su historia y les costaba echarse a un lado.
Aurelio Montenegro Rioboo, Eufemiano Fuentes Díaz, Juan Morán de la Nuez, Juan Trujillo Febles y Luis González Vera, a la sazón Presidentes del R.C. Victoria, Marino F.C., CD Gran Canaria, Atlético Club y Arenas consiguieron limar asperezas, anteponer el bien común de una ciudad, de un pueblo a los suyos particulares y un 22 de agosto de 1949 acudieron al paritorio del Real Club Náutico, el viejo Club Náutico y vieron nacer a una criatura que pesó al nacer 3kilos 500 gramos. Fue y sigue siendo una criatura especial, que hoy en su senectud recuerda con nostalgia y cariño el amor que recibió de sus progenitores.
75 años llevados con elegancia y garbo. Habiendo vivido épocas de esplendor, de glamour, pero también otras donde se instaló la amargura, el desasosiego, la desesperanza, el donde se viajó a los arrabales del fútbol, cohabitando con equipos hijos todos ellos de un dios menor.
Los días de vino y rosa s entremezclaron con aquellas jornadas donde costó alzar el vuelo, retomar el pulso, incluso sobrevivir fue una ardua tarea que necesitó de ayuda externa. Y fue entonces donde una gran mayoría de la sociedad grancanaria se alzó, cerró su puño izquierdo y bramando henchida de dolor aunó esfuerzos y voluntades y ayudó a salir de la UCI a un enfermó que ya daba sus últimos estertores vitales.
Hay, sobre esa etapa tan convulsa, una anécdota que muy pocos conocen y es esta: El juez Juan José Cobo Plana llegó a la UD para liquidarla, así tal cual. Un día recibe de una Peña el libro: “UD Las Palmas, el orgullo de una antigua herencia” del insigne historiador y ex consejero del club amarillo Don Antonio de Armas. Aquel libro lo devoró en una noche, en palabra de él “no podía dejar de leer”. Tras consumir con avidez el citado libro y determinó que “’el no sería que enterrase a la UD Las Palmas”.
De todo aquello ha pasado mucho tiempo, pero tal vez no el suficiente para olvidar que no debemos iterar en aquellos errores pasados.
Duele ver a la actual UD Las Palmas convertida en un coto privado, en un reino de taifas bajo el sumo mandato de un presidente vacuo, iletrado, ágrafo, sin clase, un presidente considerado persona non grata en los cenáculos y sanedrines isleños. Nunca podrá adquirir el tronío de quien de verdad debiera presidir nuestra entidad.
Ni él ni quienes forman su guardia pretoriana, su novena legión, la legión perdida.
La UD Las Palmas es un todo dimensional, que no excluye a nadie y lo incluye todo. Es un latido ventricular que se incrusta en todo nuestro tejido epitelial, algo que se adhiere a nuestra osamenta. Es un sentimiento unificador e indivisible. Ellos, los acomodados al poder lo saben y no pueden digerirlo. ¿Lo sabe él, también el pájaro ‘Pipo? Ese que un día escapó de su jaula dorada para recorrer el mundo allende los mares.
Hoy, 22 de agosto de 2024 la Ud. Las Palmas, cumple 75 años. Hoy no estaré, entorno a las ocho de la tarde, físicamente en el Real Club Náutico, aquel Náutico de mi juventud y de mi primigenia madurez, allí donde me encontraba con mi madre, o donde disfruté de la inolvidable compañía de Araceli León-Villaverde Limiñana. Perdón por todo mi apreciada amiga. No estaré, poco importa, pero donde si estaré será en el tren de la memoria, ese que recorre todos los amplios y extensos pasajes de nuestra vida y de sus aconteceres. Y volverá al Insular, a las largas colas en Pio XII con todos aquellos coches aparcados sobre la acera, regresaré y miraré desde la cabina de Radio Las Palmas a las arenas, allí donde solo se veía la mitad del estadio, allí donde lo no visualizado se imaginaba. Volveré a ver los asientos de madera de Tribuna, y mi niñez ubicará a Atilio Ley Duarte, a Jesús García Panasco, a Emilio Tomé, a Pierre Sinibaldi, a Miguelito Brindisi, a Felipe Martín, a German Devora, a Antonio de Armas y a tantos y tantos otros que ayudaron desde su bondad, entrega y humildad a hacer aún más grande a este equipo.
El Estadio de Gran Canaria me queda lejos, nada cercano, amén de que él sigue escribiendo su historia a cada paso que da.
Y pasará el tiempo, y pasarán los hombres, las mujeres, los niños, pero quedará para siempre nuestra UD Las Palmas. Arriba d’ ellos.
AUTOR: Diego de Vicente Fuente |
En Mislata a 22 de agosto de 2024 |
Los primeros comienzos en este mundo fueron en la radio universitaria como presentador de noticias de todo tipo especialmente las del mundo académico.
Después continuó metido en el mundo de las comunicaciones a nivel profesional, pero se incorpora a Radio Las Palmas con Chano Rodríguez a mediados de los años 90 compaginando la faceta de colaborador deportivo con la de entrenador nacional de fútbol y seleccionador de la Selección Canaria, primeramente con Juan Medina Pulido y después como primer responsable como entrenador de esta.
Analista de los partidos de la Unión Deportiva en las retransmisiones que esta casa realizaba tanto desde el Estadio Insular y posteriormente el de Gran Canaria como en la mayoría de los diferentes estadios que visitaba el equipo.
También fue analista y comentarista del programa dirigido por Chano Rodríguez en Canal9 Las Arenas “El Graderío” donde igualmente que en Deportes en Punto incorporó el apartado “El Reglamento” dedicado a dar a conocer Las Reglas de Juego del fútbol y otros deportes. Inició retransmisiones en esta cadena, de partidos de los primeros años de lo que posteriormente fueron las escuelitas de futbol con niños de 4 y 5 años.
Mas tarde, Pepe González lo incorporó al programa de televisión “El Repaso” de TIC canal 8 donde analizaba con imágenes acorde a la tecnología del momento, las jugadas más importantes de los partidos de Las Palmas.
En Tagoror TV estuvo retransmitiendo y analizando durante dos temporadas los partidos de la UD Vecindario estando en 2ªB En todo este tiempo continuó colaborando en Deportes en Punto y El Mirador de La Liga donde también participaba siendo numerosas veces sustituto en ambos espacios, del director y presentador del momento Chano Rodríguez.
En directo