El creador canario defiende un teatro comprometido que dé voz a los silencios de la posguerra en Canarias y denuncia la falta de apoyo institucional al talento local.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
José Antonio González, conocido como Tonono, ha dedicado su vida a un arte que desafía al poder y da voz a las historias olvidadas. En una charla profunda en El Rincón del Arte, junto a Clodobaldo González, comparte su visión sobre el teatro, la memoria histórica y los retos que enfrentan los creadores en Canarias, defendiendo una cultura que provoque, eduque y transforme.
Tonono González y Clodobaldo González durante la grabación de El Rincón del Arte en los estudios de Radio Las Palmas.
Un arte para la memoria y la verdad
Para Tonono, el arte no puede reducirse al entretenimiento. Su esencia es revolucionaria y debe servir para despertar conciencias.
«El arte tiene que ser valiente. No concibo el arte sin compromiso», afirma con rotundidad.
Su obra más emblemática, El pan nuestro nació de una experiencia familiar. Inspirada por la frase de su abuela «Es el pan nuestro de cada día», la pieza explora el silencio que rodeó la posguerra en Canarias, con especial atención en el sufrimiento de las mujeres durante aquel periodo.
«Aquí no hubo frentes de batalla, pero sí traiciones, hambre y miedo. La guerra se vivió en la retaguardia, y las mujeres fueron las grandes víctimas.»
Educación a través del teatro
Además de su trabajo como creador, Tonono imparte clases de teatro para niños y jóvenes. Su objetivo no es formar actores, sino crear personas sensibles y conscientes.
En sus talleres, utiliza ejercicios como el cuidado de una simple caja de cartón para enseñar valores de empatía y respeto.
«Si logro que un niño aprenda a disfrutar de la música, el teatro o la pintura, habré creado un ser humano sensible», explica.
Esta visión conecta con su idea de que el arte debe ser una herramienta para educar y transformar la sociedad, sembrando semillas para el futuro.
Defensa de la identidad canaria
Tonono critica que se obligue a los actores canarios a neutralizar su acento, mientras se exalta la diversidad en otros ámbitos.
Como ejemplo, destaca el éxito de la serie Hierro, que permitió a los intérpretes expresarse con autenticidad.
«Deje usted que cada cual se exprese con su acento», reclama, denunciando la falta de autoestima colectiva frente al talento local.
Retos y obstáculos para los creadores
El panorama cultural en Canarias enfrenta múltiples desafíos. Según Tonono, la indiferencia del público, la falta de visibilidad mediática y la precariedad institucional dificultan el desarrollo de proyectos sólidos.
«Aquí hay mucho talento, pero se impone la cultura del ‘pasillista’: se valora más a quien sabe moverse en los pasillos que al verdadero creador», lamenta.
Critica, además, que las subvenciones se utilicen de forma poco eficiente y que muchos festivales prioricen la imagen sobre el contenido. Defiende la “cultura de la semilla”, que apueste por proyectos a largo plazo en lugar de acciones efímeras.
El arte como herramienta de cambio
Tonono cree firmemente en el poder del cine, el teatro y la pintura para reparar silencios históricos ignorados por la educación y la política.
Considera que el avance digital no es una amenaza, sino una evolución natural que el tiempo se encargará de depurar.
En su mensaje final, deja una reflexión para quienes dudan del impacto del arte:
«A los que creen que el arte no sirve para cambiar nada, les diría: no sean necios.»
Con la pasión de quien ha hecho del teatro un acto de resistencia, Tonono González reivindica un arte que no solo entretenga, sino que transforme y dé voz a las memorias silenciadas. Su legado, asegura, será una herencia para sus nietos, un testimonio de vida y compromiso con la cultura canaria.
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