• Sociedad Pilar Rumeu «La gente pide cada vez más naturalidad y cercanía en televisión»

      

    20/09/2025 | 07:57   |   Redacción 

    Pilar Rumeu «La gente pide cada vez más naturalidad y cercanía en televisión»

    La presentadora destaca cómo el público percibe su manera de comunicar en pantalla.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    La periodista y presentadora de Televisión Canaria, Pilar Rumeu, fue entrevistada por Kiko Blanki en el programa Arrasando de Radio Las Palmas. En esta ocasión, la comunicadora fue nombrada madrina de la quinta edición del espacio, un reconocimiento con el que se dio inicio a la nueva temporada. Durante la charla, repasó su trayectoria, la dureza de las noticias más delicadas, el contacto con la audiencia, las anécdotas vividas en plató y su experiencia en otras facetas profesionales como el Carnaval de Canarias.

    Tres instantes de Pilar Rumeu que reflejan su elegancia y profesionalidad, cualidades que la han convertido en un rostro imprescindible de la televisión en Canarias.


    Trabajo diario

    ¿Qué diferencia hay entre presentar informativos y estar en un programa como «Buenos Días, Canarias»?

    Es muy distinto, porque en los informativos trabajas con noticias breves y directas, mientras que en el magazine tienes la oportunidad de ampliar temas, improvisar y dar paso a entrevistas o conexiones en directo. Esto me enriquece mucho como profesional, ya que me obliga a estar en formación constante y a estudiar la actualidad con detalle. Claro que madrugar tanto sigue siendo duro, levantarse a las cinco y media de la mañana no es sencillo, pero la satisfacción de estar en contacto con la noticia lo compensa.

    ¿Cómo afrontas esas madrugadas y el ritmo del directo?

    Lo llevo con dificultad porque no soy una persona que disfrute madrugando, pero el compromiso con el programa y con el equipo hace que uno se levante. El directo de tres horas es un examen diario donde todo puede cambiar de repente. Una escaleta nunca se cumple al cien por cien, ya que la actualidad siempre manda. En esos momentos la improvisación es fundamental, igual que la confianza en el trabajo de los compañeros que hacen posible que todo salga adelante.


    Relación con la audiencia

    ¿Qué importancia das al contacto con el público?

    Para mí es esencial. Siempre digo que me imagino hablando con una persona mayor, porque eso me ayuda a mantener el respeto y a explicar con claridad lo que cuento. La cercanía es una parte de la profesión que no se estudia, pero que se transmite en pantalla. Los espectadores perciben si alguien está siendo natural, y esa es la línea que intento seguir cada día. El cariño de la gente en la calle también forma parte del trabajo y lo valoro como algo positivo.

    ¿Cómo manejas el contraste entre la imagen televisiva y tu vida diaria?

    En televisión el trabajo del equipo de iluminación, maquillaje y peluquería hace que la imagen sea distinta a la del día a día. Muchas veces me reconocen más por la voz que por el aspecto físico. En la calle voy como cualquier persona, con moño y playeras, y es normal que haya gente que se sorprenda. Lo importante es que detrás de la pantalla hay una persona que, como todos, lleva una vida sencilla, aunque en la televisión se vea una versión más cuidada.


    Noticias difíciles y anécdotas

    ¿Qué informaciones han sido más duras de dar?

    Las que tienen que ver con el maltrato a niños, ancianos o animales son las que más me afectan. Recuerdo con especial dureza el caso de Jeremy Vargas y también el de las niñas de Tenerife. Son momentos en los que cuesta mantener la serenidad delante de la cámara y seguir informando con rigor. Hubo un informativo en el que se confirmó la aparición de un cuerpo justo antes de salir en directo y todo el plató quedó en silencio al terminar. Son noticias que marcan y que no se olvidan.

    ¿Qué momentos divertidos recuerdas en directo?

    El directo siempre guarda sorpresas y a veces resulta complicado mantener la seriedad. Recuerdo, por ejemplo, cuando una cámara se cayó al suelo mientras yo hablaba y no tuve más remedio que improvisar con humor. También hubo una ocasión con una mosca en plató que terminó en una escena cómica con mi compañero Roberto González. Yo intentaba presentar sin reírme mientras él fingía hacerle una reanimación al insecto. Son momentos que muestran que, aunque el trabajo sea serio, también se puede vivir con una sonrisa.


    Su apellido, prensa rosa y carnaval

    ¿Qué aclaración haces sobre tu apellido, que a veces se confunde?

    Mi apellido es Rumeu, con «u» en ambas sílabas, aunque muchas veces me llaman Romeu. El origen está en un antepasado catalán que llegó hace más de doscientos años, pero yo soy canaria y no tengo familia allí. Con el debate sobre el independentismo me han preguntado si tenía relación con Cataluña, y siempre aclaro que no. Es normal que el apellido genere confusión, pero lo explico con naturalidad y hasta con humor, porque al final se convierte en una anécdota más.

    ¿Cómo viviste tu aparición en un programa del corazón?

    Fue una experiencia incómoda, porque se me vinculó con una persona conocida y se dieron informaciones falsas. Mi decisión fue no entrar al trapo, no llamar ni responder, porque tengo muy claro que mi credibilidad profesional es lo más importante. No quería que mi nombre apareciera asociado a ese tipo de contenido y preferí dejarlo pasar. Al principio me preocupó, pero después comprendí que lo mejor era mantenerme al margen y seguir centrada en mi trabajo periodístico.

    ¿Qué ha significado para ti presentar galas de Carnaval?

    Ha sido un honor y una experiencia muy especial. En Canarias el Carnaval es parte de nuestra identidad y que te den la oportunidad de presentar galas como la Drag, la de la Reina o las finales de murgas es un reconocimiento que valoro mucho. Para una periodista de informativos es un registro distinto, más festivo, donde se mezcla lo institucional con la cercanía de la fiesta. He disfrutado mucho esas oportunidades, porque te permiten conectar con el público de otra manera.


    La entrevista en Arrasando permitió conocer a Pilar Rumeu desde distintas facetas: su nombramiento como madrina de la quinta edición del programa, su trabajo en Buenos Días, Canarias, la relación con los espectadores, los momentos duros de la profesión y las anécdotas que aligeran el día a día. También compartió su forma de afrontar situaciones externas como la confusión con su apellido o su aparición en la prensa del corazón, siempre con la mirada puesta en preservar su credibilidad. Entre la seriedad de las noticias y la alegría del Carnaval, Rumeu mostró que la comunicación es un oficio de constancia, respeto y cercanía.

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