La lucha del Polvorín y San Antonio abre el debate sobre el abandono de los barrios y el papel real de las instituciones.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
En la tertulia de La Otra Mañana, dirigida por Asunción Benítez en Radio Las Palmas, las voces de Estrella Castillo, presidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Trayectoria; Olga, expresidenta vecinal de San Antonio; y el tertuliano Alberto Yánez coincidieron en un diagnóstico claro: sus barrios viven un abandono prolongado que amenaza la dignidad de sus vecinos y deja al descubierto carencias que las administraciones no han sabido resolver.
La conversación, cargada de anécdotas, datos y denuncias, contó asimismo con Clodobaldo González y Guillermo Robaina, y dejó claro que el problema ya no es solo la falta de limpieza. Se trata también de accesibilidad, transporte, seguridad, mantenimiento urbano y, sobre todo, de la sensación de que las instituciones han dado la espalda a comunidades históricas.
De izquierda a derecha, Clodobaldo González, Guillermo Robaina, Estrella Castillo y Alberto Yánez.
Escobas contra la desidia
En el Polvorín, la escena se repite desde hace semanas: vecinos de todas las edades, bajo un calor abrasador, limpian calles, desbrozan laderas y arreglan parterres. Para ellos, no es un simple acto de limpieza, sino de resistencia.
“Si el Ayuntamiento no limpia, lo haremos nosotros”, afirma Estrella Castillo con la determinación de quien lleva más de 30 años luchando por su barrio.
La campaña, organizada por la Asociación Nueva Trayectoria, busca también concienciar sobre la gestión responsable de residuos, recordando a los vecinos la importancia de coordinar la recogida de enseres para que no se acumulen en la vía pública.
“Una ciudad limpia no es un lujo para turistas; es un derecho básico para quienes vivimos aquí”, añade Estrella.
San Antonio: envejecimiento y aislamiento
En San Antonio, barrio vecino del Polvorín, la situación es igual de grave, pero con un matiz preocupante: la mayoría de sus habitantes son personas mayores.
“Aquí la limpieza brilla por su ausencia. Queremos que la alcaldesa patee el barrio y vea cómo vivimos”, denuncia Olga, que presidió durante siete años la asociación vecinal.
Además de la suciedad, sufren graves problemas de accesibilidad: tramos con más de 40 escalones, taxis que se niegan a entrar y ausencia de transporte público de bajada.
“Tenemos una línea 32 para subir, pero no para bajar. Es absurdo en una ciudad que presume de moderna y progresista”, insiste.
La falta de accesibilidad obliga a algunos vecinos con movilidad reducida a depender de la ayuda de terceros para llegar al ambulatorio o incluso para entrar y salir de casa.
Problemas que envejecen
Para Alberto Yánez, lo más preocupante es que los problemas permanecen intactos mientras la población envejece.
“Lo que ha envejecido no solo es la población, sino los problemas. Si se solucionaran, no se arrastrarían década tras década”.
Recuerda que la limpieza no es solo estética, sino una cuestión de salud pública: la acumulación de basura y solares abandonados favorece la proliferación de plagas.
“Si hay limpieza, esos bichos no tienen qué comer. Difícilmente aparecen”, advierte, reclamando mantenimiento constante y no intervenciones puntuales.
Una lucha con historia
El Polvorín no es ajeno a las batallas vecinales. En los años 80 y 90, un grupo de jóvenes, con Estrella a la cabeza con solo 18 años, lideró la plataforma contra la droga, enfrentándose a amenazas y logrando iniciar un proceso de reposición de viviendas que tardó tres décadas en completarse.
“Los problemas han envejecido con nosotros, pero las soluciones no llegan”, resume, viendo paralelismos entre aquella lucha y la actual.
Hoy el reto es diferente: no se trata de derrotar a un enemigo concreto, sino de frenar un deterioro progresivo que erosiona la calidad de vida.
Impacto social y llamadas de atención
Organismos como Unicef España han alertado de que la degradación urbana afecta directamente a la infancia, no solo en salud, sino en oportunidades de desarrollo. Reclaman que la limpieza, el transporte y la accesibilidad se garanticen como derechos básicos.
Moderando la tertulia, Asunción Benítez dejó una reflexión que atravesó toda la conversación:
“Cuando un barrio se ve obligado a suplir funciones esenciales de las instituciones, el problema ya no es solo de gestión; es una señal de que algo falla en la base misma del sistema”.
Más que un acto de limpieza
En el Polvorín y San Antonio, barrer calles y desbrozar laderas no es un gesto aislado: es una declaración de principios. Significa decir que los barrios tienen memoria y no olvidan sus luchas pasadas.
Estrella lo deja claro:
“Esto no es pedir un favor; es exigir lo que nos corresponde como ciudadanos que pagamos impuestos”.
Las escobas que recorren las calles son, en el fondo, banderas de dignidad. Cada bolsa de basura retirada es un recordatorio de que las comunidades no se rinden, aunque tengan que asumir lo que otros deberían hacer.
Mientras las administraciones discuten competencias y presupuestos, el mensaje que llega desde estos barrios es tan simple como contundente: la dignidad no se negocia.
✅ Fuente:
Cultura
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