• Sociedad «Mujeres Modo ON», el hilo que rescata vidas

      

    10/11/2025 | 12:40   |   Redacción 

    «Mujeres Modo ON», el hilo que rescata vidas

    El proyecto de Inserta Empleo acompaña a mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género para que recuperen su autonomía y esperanza.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    La orientadora laboral Yurena Santana desarrolla su labor en el proyecto Mujeres Modo ON, impulsado por Inserta Empleo, entidad vinculada a la Fundación ONCE. En esta entrevista, emitida dentro de la sección Testimonio Violeta del programa La Otra Mañana de Radio Las Palmas, María José Ferrero, bajo la coordinación de Asunción Benítez, conversa con Santana sobre un trabajo que une acompañamiento emocional, empoderamiento y reinserción laboral de mujeres con discapacidad que han sobrevivido a la violencia de género.


    Origen del proyecto

    ¿Cómo definirías el proyecto «Mujeres Modo ON» y a quién acompaña?

    Es un espacio que nace cuando una mujer rompe el silencio y se enfrenta a la necesidad de comenzar una nueva vida sin saber por dónde empezar. Mujeres Modo ON es como una cuerda tendida dentro de Inserta Empleo, un hilo de apoyo y esperanza al que las mujeres pueden aferrarse para encontrar libertad, reconstrucción y trabajo. Al otro lado de esa cuerda hay alguien que las sostiene, que tira de ellas hasta que logran salir adelante, porque el proceso no es solo laboral: es vital, emocional y humano.

    ¿Qué vacío detectó Inserta Empleo para poner en marcha este programa?

    En 2020 vimos que muchas mujeres con discapacidad atendidas en Inserta tenían esa condición como consecuencia de un maltrato o que esta se agravaba por la violencia sufrida. Era necesario actuar desde otra perspectiva, más humana, más cercana, y así nació la figura de la compa, una profesional que acompaña a la mujer durante todo el proceso, de tú a tú, trabajando tanto su estabilidad emocional como su desarrollo personal y profesional.


    El papel de la “compa”

    ¿Qué significa ser “compa” y en qué se diferencia de una orientación laboral tradicional?

    Ser compa va mucho más allá de orientar. Es acompañar en todas las etapas del proceso de recuperación. No basta con redactar un currículum o preparar una entrevista. Hay que trabajar la autoestima, la confianza y el sentido de valía que la violencia destruyó. Solo cuando la mujer se siente emocionalmente preparada puede dar el salto al empleo. Yo siempre digo que mi trabajo es ser el “Pepito Grillo” que susurra ánimo en los momentos de miedo, porque estoy disponible no solo para cuestiones laborales, sino también cuando surgen problemas personales urgentes.

    ¿Cómo se evita revictimizar a las participantes del programa?

    En Inserta Empleo no pedimos que una mujer demuestre que ha sido víctima de violencia. Basta con que lo diga. Solo solicitamos el certificado de discapacidad, necesario por la financiación europea. No queremos que tengan que revivir su trauma cada vez que buscan ayuda. Una vez que hablan, escuchamos, y a partir de ahí comenzamos el camino hacia la recuperación, sin insistir en los detalles de su historia. Lo esencial es mirar hacia adelante y acompañarlas con respeto y empatía.


    Barreras y resiliencia

    ¿Qué obstáculos enfrentan las mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género?

    Enfrentan una triple discriminación: por ser mujeres, por tener una discapacidad y por haber sufrido violencia. Hay secuelas físicas y psicológicas profundas. Algunas, incluso, desarrollan nuevas discapacidades a raíz del maltrato. Recuerdo el caso de una mujer que consiguió un empleo, pero sufrió una crisis de ansiedad en su primer día al verse rodeada de hombres. Tuvo que marcharse. Esas heridas invisibles tardan en sanar, y nuestro trabajo es entenderlas y no juzgar. Aun así, admiro su fortaleza: cada una carga su piedra, pero son mujeres increíblemente valientes.

    ¿Cómo manejan los casos en los que la salud mental o el dolor físico dificultan la participación?

    Las entendemos porque muchas de las personas del equipo también tenemos discapacidad o enfermedades crónicas. Si una mujer no puede asistir a una formación o a una entrevista, lo comunicamos y adaptamos el proceso. No se trata de presionarlas, sino de acompañarlas según su realidad. Cada historia es distinta y merece su propio ritmo. La mente es la parte más frágil, y respetar sus tiempos es esencial para que puedan volver a confiar en sí mismas.


    El camino del apoyo

    ¿Cómo se estructuran las sesiones individuales y los grupos de ayuda mutua?

    Cada sesión es única. Antes de recibir a una mujer preparo la actividad según sus necesidades: autoestima, autocontrol o simplemente la necesidad de ser escuchada. En los grupos trabajamos la conexión entre mujeres de diferentes islas, como Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura. Practicamos risoterapia, compartimos experiencias, vemos vídeos que invitan al diálogo. Lo más bonito es ver cómo se crean lazos entre ellas. A veces llegan abatidas y se van sonriendo, con nuevas amigas y fuerzas renovadas.

    ¿Qué papel juegan las empresas en este proceso de inserción laboral?

    Afortunadamente, muchas empresas colaboradoras muestran una gran sensibilidad y compromiso. Están dispuestas a realizar ajustes razonables y confiar en las mujeres del programa. Otras cometen errores, sobre todo por desconocimiento, al hacer preguntas inapropiadas en entrevistas, pero en general hay una red de apoyo sólida. Trabajamos de la mano con ayuntamientos, entidades y asociaciones, porque nadie puede hacer este camino solo: la red es nuestra fuerza.


    Historias que transforman

    ¿Qué caso te ha impactado más en todos estos años?

    Hay uno que nunca olvidaré, una mujer que sufrió maltrato con tres parejas distintas. La primera le dejó secuelas físicas, la segunda la destrozó psicológicamente y la tercera combinó ambas formas de violencia. A pesar de todo, logró reconstruirse y hoy apoya a otras mujeres en nuestras sesiones. Su cuerpo es frágil, pero su mente es un ejemplo de fortaleza. Ella demuestra que se puede salir del abismo y que ayudar a otras se convierte en la forma más hermosa de sanar.

    ¿Qué mensaje le darías a las mujeres con discapacidad que aún tienen miedo de pedir ayuda?

    Les diría que no están solas. Que hablen, que toquen puertas, que busquen apoyo, porque hay personas dispuestas a escucharlas y acompañarlas sin juzgar. En Inserta Empleo las recibimos con los brazos abiertos. Sabemos que es difícil pedir ayuda, pero cuando lo hacen empieza el verdadero cambio. La dignidad y la esperanza se reconstruyen paso a paso, con empatía y con confianza.


    La labor de Yurena Santana trasciende lo profesional. Su trabajo en Mujeres Modo ON es un testimonio de humanidad, de escucha activa y de compromiso real con las mujeres que enfrentan la oscuridad de la violencia y las barreras de la discapacidad. Cada historia que acompaña es un recordatorio de que el apoyo adecuado puede cambiar un destino. Como ella misma dice, “no están solas”, y en esa certeza se sostiene la fuerza de un proyecto que rescata vidas y devuelve a cada mujer la posibilidad de volver a creer en sí misma.

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