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Actualizado: Sábado, 06 de Diciembre de 2025
Myriam López reclama una educación en igualdad que ponga el foco en los chicos.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
La sección Testimonio Violeta del programa La Otra Mañana, dirigido por Asunción Benítez con la colaboración de María José Ferrero, contó con la voz de Myriam López, técnica de igualdad, escritora y activista. Durante la entrevista, López advirtió del preocupante aumento de agresiones sexuales cometidas por menores de edad y pidió que la educación en igualdad se oriente también hacia los hombres para frenar esta violencia.
Consentimiento y deseo
Myriam López explicó que la mayoría de su trabajo se centra en la prevención a través de talleres en institutos, donde aborda la violencia sexual entre adolescentes. Señaló que más de la mitad de estas agresiones son cometidas por menores y subrayó la necesidad de actuar desde la raíz del problema. En este contexto, hizo una clara distinción entre consentimiento y deseo. “El consentimiento bajo presión también es violencia sexual”, afirmó, recordando que muchas jóvenes consienten por miedo al abandono o a la agresión, sin reconocer que han sido víctimas.
La activista destacó que muchas adolescentes acuden a ella tras los talleres sin haber sido conscientes de lo que habían sufrido. “Se me han hecho colas de chicas llorando porque descubren que lo que vivieron fue una violación”, relató. Estas experiencias revelan la importancia de ofrecer a la juventud herramientas para identificar situaciones de violencia y aprender a poner límites.
Retroceso generacional
La entrevistada alertó sobre un retroceso en la mentalidad de los adolescentes respecto a generaciones anteriores. Según sus observaciones, muchos jóvenes reproducen conductas machistas, perciben a las mujeres como objetos de usar y tirar y ejercen una violencia más directa y visible. “Me preocupa más la violencia actual porque es inmediata y más peligrosa”, apuntó.
López advirtió de la fuerte influencia del grupo de iguales en la adolescencia, lo que perpetúa conductas dañinas. Muchos chicos, dijo, no se atreven a expresar opiniones contrarias al machismo dominante por miedo a ser estigmatizados o rechazados. “Ese pacto entre hombres sigue marcando el comportamiento de los adolescentes”, explicó.
Educación y recursos
Durante la entrevista, también denunció la falta de personal y medios en las Unidades de Igualdad, estructuras clave para atender a las víctimas y prevenir la violencia de género. La sobrecarga de profesionales y la descoordinación institucional, añadió, provocan que muchas mujeres tengan que repetir una y otra vez su testimonio, lo que genera un proceso de revictimización.
López defendió que la educación integral es la herramienta más poderosa para cambiar la sociedad. “Debe comenzar en el hogar, continuar en la escuela y estar reforzada por los medios y la cultura”, afirmó. Además, reclamó formación obligatoria con perspectiva feminista para profesionales de seguridad, justicia y sanidad, lo que, en su opinión, mejoraría la atención a las víctimas y evitaría duplicar procesos dolorosos.
La escritora concluyó reivindicando la escritura como vía de sanación y catarsis. Sus obras Memoria sin rastro y Entonces llegó ella buscan dar voz a las mujeres y romper silencios. “Nombrar lo que sucede es el primer paso para sanar; lo que no se habla, el cuerpo lo enferma”, sentenció.
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