La segunda coronación, la historia de los mantos y la devoción popular marcan un año jubilar que convierte a Teror en epicentro espiritual y cultural de Canarias.
Por Redacción | RADIO LAS PALMAS
La memoria viva de Teror se escuchó en la voz de su cronista oficial, José Luis Yánez Rodríguez, entrevistado en Buenos Días Gran Canaria, el programa de Radio Las Palmas que dirige Dulce María Facundo. En vísperas de la gran cita de septiembre, Yánez repasó con rigor y emoción las claves de las Fiestas del Pino, subrayando el simbolismo de la segunda coronación de la Virgen y la fuerza de una devoción que, más allá de la historia, se sostiene en la mirada y el sentimiento del pueblo canario.
Historia de dos coronaciones
El cronista recordó que la primera coronación de la Virgen del Pino se celebró el 7 de septiembre de 1905, gracias a las donaciones de oro que realizaron, sobre todo, mujeres canarias. «Mi bisabuela entregó las lágrimas de sus argollas», evocó Yánez, en alusión a aquellas joyas que permitieron confeccionar las coronas originales.
Sin embargo, tras el robo sacrílego de 1975, una comisión ciudadana impulsó la creación de nuevas coronas en plata sobredorada, que fueron colocadas el 6 de septiembre de aquel año. «Celebramos ahora cincuenta años de esa segunda coronación, que devolvió la dignidad y el brillo a la imagen», destacó.
Mantillas, mantos y memorias
En la entrevista, Yánez también puso en valor la historia de los mantos de la Virgen, recientemente restaurados en Sevilla. Este año volverá a lucir el azul que marcó la segunda coronación y que, para muchos, guarda recuerdos personales e íntimos.
«Hay quien lo asocia al día en que empezó su noviazgo, otros a una súplica en un momento de dolor. Eso no se puede despreciar, porque entra en el corazón de la gente. Y el corazón solo se puede respetar», afirmó. El cronista defendió que la Virgen debe mostrarse como el pueblo la quiere ver, como parte de una tradición que combina arte, espiritualidad y memoria colectiva.
Caminos y devoción
Las Fiestas del Pino son, según Yánez, un cruce de caminos espirituales y sociales. Desde niño, recuerda los ranchos de peregrinos que subían desde la costa hasta encontrarse con la Basílica. La luz de la cruz en el Palmar, encendida desde 1900, servía de guía en la noche.
«El Camino es espiritual, pero también de amistad y de folclore. Todos confluyen en Teror, que se convierte en anfitrión de la isla y del archipiélago. Hay que venir con respeto, porque las calles no crecen y el pueblo sigue siendo el mismo, pero lo acoge todo», expresó.
Cultura y tradición viva
Más allá de lo religioso, Yánez recalcó que las fiestas son también un hecho cultural. Desde los pregones hasta los tenderetes, pasando por conciertos y ofrendas poéticas, todo conforma una expresión múltiple de la canariedad. «La Virgen del Pino es fe y fervor, pero también es cultura. Es la forma en que un pueblo se expresa, se reconoce y se reencuentra», apuntó.
Este año jubilar, con la imagen permaneciendo en el pueblo hasta el 12 de octubre, permite que más personas puedan acercarse a Teror. «Si se puede, no hay excusa para no venir. La Virgen espera a todos», concluyó el cronista.
Radio Las Palmas en Teror
Las palabras de José Luis Yánez, entre la precisión del historiador y la emoción del devoto, confirman que las Fiestas del Pino no son solo un calendario de actos, sino una vivencia colectiva que resume cinco siglos de fe, identidad y cultura canaria.
Este domingo, Radio Las Palmas estará en directo desde Teror con Toni Pérez, a partir de las 12 horas, para compartir con toda la audiencia la romería y la ofrenda a Nuestra Señora del Pino.
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