• Por qué los líderes son, ante todo, buenos formadores

    Las empresas crecen cuando sus líderes enseñan lo que saben.

    Clara Vidal dirige el área de ventas de una empresa de servicios. Es una profesional brillante, con años de experiencia y un equipo que confía en ella. Pero últimamente, algo no va bien. Clara siente que todo pasa por sus manos. Cada decisión, cada revisión, cada tarea importante. Por más que intenta delegar, las cosas no salen como espera. Su equipo responde con voluntad, pero sin autonomía.

    Un día, en medio de una reunión especialmente frustrante, lo entiende: no puede pedir iniciativa a su equipo si nunca les enseñó cómo actuar con autonomía. Ha guiado, sí. Ha corregido. Pero no ha formado.

    Esta situación es más común de lo que parece. En muchas empresas, los líderes son excelentes profesionales, expertos en su área, pero nunca aprendieron a enseñar lo que saben. Y cuando eso ocurre, el conocimiento se queda atrapado en los niveles más altos de la organización. Los equipos trabajan, pero no crecen. Cumplen, pero no se desarrollan.

    Formar no es dar un curso o hacer una presentación. Es algo mucho más profundo: es acompañar, compartir la experiencia, enseñar a pensar y dar contexto para que otros aprendan a hacer por sí mismos. Un líder que forma no solo mejora los resultados, sino que fortalece el talento y genera confianza.

    En cambio, un líder que no forma crea dependencia. Su equipo espera instrucciones para todo. Y eso, a medio plazo, frena a las personas y agota a quien dirige.

    Por eso, las áreas de Recursos Humanos tienen hoy un reto clave: enseñar a los líderes a enseñar. Crear espacios donde aprendan cómo formar, cómo estructurar una explicación, cómo dar feedback útil, cómo compartir su experiencia sin imponer. Porque liderar, en realidad, también es educar.

    En la empresa de Clara, la transformación llegó cuando RRHH puso en marcha un pequeño programa llamado “Formar para formar”. En él, los líderes practicaban cómo transmitir su conocimiento, cómo orientar a su equipo y cómo convertir los errores en aprendizajes. Poco a poco, la cultura cambió. Las reuniones dejaron de ser solo de control y se convirtieron en espacios de aprendizaje. El equipo empezó a tomar decisiones propias. Y Clara, por fin, pudo delegar sin miedo.

    Formar libera. Formar multiplica. Formar hace que los equipos crezcan y que los líderes dejen huella.

    Porque al final, los buenos líderes no son los que acumulan resultados, sino los que dejan personas más preparadas.
    Y si las empresas quieren crecer de verdad, deben empezar por ahí: enseñar a los líderes a formar.

    Carlos Jiménez

    Consultor y Formador en Liderazgo y Desarrollo de Equipos


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Carlos Jiménez

Formador y consultor especializado en el desarrollo del Liderazgo y Trabajo en Equipo. Casi 40 años de trayectoria acompañando a personas y organizaciones en procesos de cambio profundo y sostenible. He fundado y liderado más de 30 proyectos en ámbitos empresariales, sociales y deportivos, y he acompañado a más de 500 iniciativas como mentor, consultor y formador, siempre con el propósito de generar impacto real y cambios transformadores.
Autor de seis libros sobre Liderazgo y Trabajo en Equipo y comunicador con más de 20 años de trayectoria en radio.
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