Se celebra en Gran Canaria las jornadas "La transición ecológica de Gran Canaria" teniendo como elemento estrella la central Chira-Soria.
La central hidroeléctrica de Chira-Soria librará a Gran Canaria del riesgo de sufrir ceros energéticos como los que ha sufrido Tenerife, que ya piensa en su propio salto de agua".
Así lo han asegurado los participantes en la jornada "La transición ecológica de Gran Canaria, el modelo Chira-Soria, entre los que han figurado el director de Operaciones de Red Eléctrica de España en Canarias, Eduardo Prieto, quien ha anunciado que la compañía estudia la implantación de una central en Tenerife, el director técnico de Chira-Soria, Yonay Concepción, o el presidente de la Asociación Eólica de Canarias (Aeolican), Rafael Martell.
En esta jornada se ha destacado que la central que se proyecta entre las dos presas de Gran Canaria permitirá ejecutar 908 megavatios de energías renovables que ya tienen autorización para su implantación, lo que redundará en que más de la mitad de la energía sea de origen limpio en esta isla, afirma su Cabildo en un comunicado.
Los intervinientes en estas jornadas han coincidido en que la descarbonización de Gran Canaria "necesita, ineludiblemente, de un sistema de almacenamiento que garantice el suministro, integre las renovables y de seguridad al sistema, lo que pasa por el salto de agua". Este almacenamiento, han concluido, "deberá ser una combinación de baterías y bombeo, con Chira-Soria en la corona, el sistema que usa el planeta, ya que el 96 por ciento de la energía almacenada en el globo se realiza a través de sistemas hidroeléctricos".
A ello se suma que su durabilidad está establecida en torno a 75 años, mientras que las baterías, además de usar litio y cobalto, entre otros materiales contaminantes procedentes de países en situación de conflicto, tienen una vida de 15 años, aunque aún está por ver, han apostillado.
Además, han resaltado que con la llegada de Chira-Soria las plantas eólicas no tendrán que parar la producción, pues aprovechará la energía para subir agua a la presa alta y la dejará caer cuando se necesite, por lo que actuará de acicate para que a los 908 megavatios ya aprobados, 180 de ellos ya instalados, se sumen nuevas peticiones de instalación.
La estimación es que en el 2026 la penetración sea aún mayor que ese 51 por ciento previsto con la potencia autorizada.
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