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Actualizado: Miércoles, 25 de Junio de 2025
La ciudad celebra su fundación entre fuegos y supersticiones, mientras el programa Radio Las Palmas Fútbol Club enciende otra llama con el desencanto del equipo representativo, su directiva y su rumbo.
Por Redacción | Radio Las Palmas
Las Palmas de Gran Canaria vive la noche de San Juan con su habitual mezcla de rituales, historia y celebración. En paralelo, las ondas de Radio Las Palmas Fútbol Club, dirigido por Carlos Santana, emiten un programa cargado de crítica, memoria y emoción. No solo se habló de fútbol. Se habló de identidad, de ciudad, de decepción. Y de muerte.
Carlos abrió con una reflexión sobre el verdadero motivo del festivo del 24 de junio: la fundación de la ciudad hace 547 años. Mientras tanto, en la playa, las hogueras arden. Pero en el estudio, el fuego es otro: el de la indignación.
El talentoso atacante tinerfeño Alberto Moleiro emprende una nueva etapa en Primera División tras firmar con el Villarreal hasta 2030.
Sin rumbo y sin estrella
La Unión Deportiva Las Palmas, recién descendida, se encuentra en el ojo del huracán. Las críticas apuntan directamente a la directiva. “No hay proyecto, no hay transparencia, no hay futuro”, sentenció el colaborador Diego de Vicente, denunciando la venta de Alberto Moleiro al Villarreal como el símbolo de un modelo agotado. “Se vendió al único que podía hacernos soñar con volver”.
El debate se tiñó de luto al dar paso a María del Carmen Aragonés, presidenta de la Federación de Vela Latina Canaria, quien confirmó el fallecimiento de un joven tripulante del bote Minerva durante una regata. Tenía solo 22 años y había sido bautizado en la vela latina esa misma tarde. La conmoción fue total.
En la última parte, el análisis deportivo se tornó estructural: falta de inversión real en la cantera, fichajes erráticos, desidia en los últimos partidos, y el eterno “¿dónde va el dinero?” que nadie en el club parece querer responder.
El fútbol como espejo
El programa terminó con una mezcla de resignación e ironía. “Nosotros sí nos vamos, hasta el miércoles”, bromeó Santana. Pero el mensaje quedó claro: el fútbol no es solo resultados. Es cultura, es identidad, es ciudad. Y cuando todo eso se descuida, la llama de la afición se convierte en ceniza.
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