• Sociedad Del Charco a La Rama y más allá, las fiestas que mantienen viva la identidad canaria

      

    26/07/2025 | 22:57   |   Redacción 

    Del Charco a La Rama y más allá, las fiestas que mantienen viva la identidad canaria

    DCultura y Salud rinde homenaje a las celebraciones populares que construyen memoria colectiva en Gran Canaria.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    Las fiestas populares no son solo celebraciones: son memoria, identidad, pertenencia. Y también una forma de salud comunitaria. Así lo planteó el programa DCultura y Salud, dirigido por Juan Carlos Jiménez, que despidió su temporada en Radio Las Palmas con una tertulia dedicada a las fiestas tradicionales de Gran Canaria, emitida el viernes 25 de julio de 2025.

    De izquierda a derecha, tras la tertulia: José Antonio Godoy Rodríguez, Juan Carlos Jiménez y Alejandro Quintana. También participó, vía telefónica, el historiador y cronista Francisco Suárez Moreno.


    El espacio reunió a tres invitados con una profunda vinculación al patrimonio cultural canario: el historiador Francisco Suárez Moreno, cronista oficial de La Aldea de San Nicolás; el investigador Alejandro Quintana López, experto en folclore e historia; y el pedagogo y cronista José Antonio Godoy Rodríguez “Pery”, figura clave en la memoria viva de Agaete. Entre recuerdos personales, datos históricos y reflexiones sociales, todos coincidieron en una idea: las fiestas que vienen del pueblo no pueden perderse.

    Raíces que se celebran

    El primero en intervenir fue Francisco Suárez Moreno, quien trazó un retrato profundo de la Fiesta del Charco, una de las más antiguas de Canarias. Esta celebración, declarada Bien de Interés Cultural, tiene su epicentro en la laguna costera de La Aldea, donde cada 11 de septiembre los vecinos se lanzan simbólicamente al agua, evocando antiguas prácticas de pesca colectiva.

    “El Charco es más que una fiesta, es el reflejo de una comunidad que ha resistido siglos de historia y transformaciones”, afirmó Suárez.

    El cronista también recordó el centenario del célebre pleito por la tierra y el agua, resuelto en 1927, que definió la estructura agraria de La Aldea y cuyo contexto sigue siendo esencial para comprender la identidad del municipio.

    La riqueza de lo menos visible

    Por su parte, Alejandro Quintana López reivindicó el valor de aquellas fiestas menos conocidas, pero igual de profundas. Destacó la Fiesta de la Lana en Caideros —que gira en torno a la esquila del ganado—, las tradicionales celebraciones de Mogán y la Romería de Las Marías en Guía.

    “Las fiestas son la respiración de los pueblos”, recordó, citando al teólogo Felipe Bermúdez.

    Para Quintana, lo esencial es conservar no solo el acto festivo, sino todo el ecosistema cultural que lo rodea: los oficios artesanos, los trajes, la música, los instrumentos, la comida. “Si no cuidamos eso, si dejamos morir a los artesanos, se rompe la cadena”, advirtió.

    La Rama, identidad y emoción colectiva

    El momento más emotivo llegó con la intervención de José Antonio Godoy Rodríguez “Pery”, quien habló con pasión y cercanía sobre La Rama de Agaete, fiesta que ha vivido desde niño y de la que fue pregonero en 2017. Su relato fue una defensa firme del carácter inclusivo, respetuoso y emocional de esta celebración, que cada 4 de agosto moviliza a miles de personas.

    “Una fiesta no es cuánta gente va, sino cómo la vive cada uno. Hay tantas ramas como personas”, explicó.

    Pery recordó cómo en su casa dormían hasta 27 personas durante esos días, cómo se preparaban las comidas con días de antelación y cómo se mezclaba el olor a sopa, a fruta del Valle, a ropa nueva y a zapato por estrenar. “La Rama también ocurre dentro de las casas”, dijo.

    Reivindicó el papel de la mujer y la familia en el sostenimiento invisible de la fiesta y criticó la visión negativa de la masificación: “El problema no es que venga mucha gente, es que no sepan cómo comportarse. La Rama es encuentro, es abrazo, es respeto”.

    Fiesta y cultura como salud

    A lo largo de la tertulia, quedó patente que las fiestas canarias son mucho más que eventos del calendario. Son espacios de afirmación cultural, pero también de bienestar emocional. “La fiesta nos enseña, nos conecta, nos recuerda quiénes somos”, resumió Juan Carlos Jiménez.

    “Yo soy médico, pero también soy aldeano, soy isleño. Y sé que la cultura también cura”, dijo al cerrar el programa.

    Con este especial, el equipo de DCultura y Salud reafirmó su compromiso con el conocimiento y la divulgación del patrimonio vivo de Canarias. Una cultura que se transmite en un salto del pastor, en un caldero de carne, en una isa improvisada o en una colchoneta prestada para dormir.

    Lo que no se cuida, se pierde

    Las fiestas que nos definen no se heredan, se construyen y se cuidan. Lo dijo el programa, lo dijeron los invitados y lo siente cualquier canario que ha vibrado con un baile típico, un volador o una rama.

    Que no se pierdan. Que no se vacíen de sentido. Que sigan siendo lo que siempre fueron: un acto de amor colectivo.

    “Lo que no se enseña, no se conoce. Lo que no se conoce, no se ama. Y lo que no se ama, se pierde”, Francisco Suárez Moreno.

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