• Cultura Ramón Reguero, el hombre que iluminó la memoria de la Villa de Moya

      

    10/11/2025 | 19:23   |   Redacción 

    Ramón Reguero, el hombre que iluminó la memoria de la Villa de Moya

    El fotógrafo y cronista de 90 años, distinguido con la Medalla de Oro de la Villa, sigue recorriendo Gran Canaria con su cámara y su inagotable vitalidad.


    Por Redacción | RADIO LAS PALMAS

    La vida de Ramón Reguero Rodríguez es una crónica viva de Canarias. A sus 90 años, conserva una energía que asombra a quien lo escucha. Dulce María Facundo lo entrevistó en los estudios de Radio Las Palmas, pocos días después de que la Villa de Moya lo distinguiera con la Medalla de Oro por su trayectoria como fotógrafo, su amor por el municipio y su testimonio constante de la historia local.

     

    Ramón Reguero y Dulce María Facundo durante la entrevista en los estudios de Radio Las Palmas, un encuentro lleno de anécdotas, humor y memoria viva.


    Un testigo del progreso

    Desde los 17 años trabajó en UNELCO, donde ingresó en 1953. Durante más de cuatro décadas recorrió Gran Canaria y otras islas atendiendo oficinas, clientes y averías, cuando la electricidad apenas llegaba a Guía, San Mateo o El Doctoral. «En aquella época la luz no llegaba tan lejos como ahora», recuerda con humor. Su padre también trabajó en la empresa, y fue él quien lo animó a presentarse a las primeras pruebas.

    De esa etapa conserva anécdotas y amistades que retratan el esfuerzo de una generación entera que modernizó Canarias. “Llegué a atender al profesor Juan Lozano, el mismo que da nombre a la calle donde hoy está la Radio Las Palmas”, dice, con la lucidez de quien no olvida un detalle.

    Cronista gráfico de Moya

    Su verdadera pasión, sin embargo, ha sido siempre la fotografía. Aprendió con una vieja cámara de su hermano y acabó convirtiéndose en el cronista gráfico de Moya, testigo de procesiones, fiestas populares y retratos entrañables de vecinos. Fue colaborador del periódico La Provincia, donde su trabajo fue reconocido durante décadas.

    «Todavía sigo en activo», confiesa. «El sábado pasado me fui en la moto a cubrir un partido de tercera división». Su inseparable motocicleta es parte de su leyenda personal, aunque admite entre risas que a veces no le dice a su hijo dónde va «para que no le quite las llaves».

    Raíces y memoria

    Ramón Reguero nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero su corazón está dividido entre la Villa de Moya y Tapia de Casariego, en Asturias, donde nacieron sus antepasados. En la entrevista mostró fotografías antiguas, documentos familiares y retratos en blanco y negro que guarda como pequeños tesoros.

    «Mi abuelo fue magistrado y presidió la Audiencia en Cádiz y en Las Palmas», recuerda con orgullo mientras muestra un documento familiar que recoge la colocación de la primera piedra de un instituto en 1865, un acto en el que participó su bisabuelo. También conserva imágenes de sus abuelos, padrinos y padres, todos vinculados a Moya. Cada semana visita el cementerio municipal para llevar flores y cuidar las lápidas familiares.

    Medalla de Oro de la Villa

    El reconocimiento a toda una vida llegó el viernes 24 de octubre, cuando recibió la Medalla de Oro de la Villa de Moya en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria. La ceremonia fue tan emotiva como merecida. “Estaba emocionado, porque siempre he querido mucho a este pueblo”, dijo ante el micrófono.

    El Ayuntamiento quiso agradecer su mirada atenta, la de quien ha sabido retratar la evolución de Moya a lo largo de los años. “Le doy las gracias a todas las autoridades y a toda la gente de la villa”, expresó visiblemente conmovido.

     

    Ramón Reguero posa en el photocall con la misma energía y entusiasmo que lo acompañan desde hace nueve décadas.


    Filosofía y vitalidad

    A sus noventa años, Ramón sigue disfrutando de las pequeñas cosas: las papas sancochadas con sardinas en tomate, las castañas con vino en Finados o las charlas con los amigos en el Paseo de los Poetas de Agaete. Mantiene la mente despierta, capaz de recitar de memoria la alineación del Real Oviedo de 1959 y la primera de la UD Las Palmas de 1949.

    «A mí lo que me hace falta es tiempo para hacer lo que me da la gana», dijo al final de la entrevista, con una sonrisa. Esa frase resume su filosofía: vivir con libertad, recordar con gratitud y seguir fotografiando la vida como si el tiempo no pasara.

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