El edificio Miller se convirtió en una auténtica taberna llena de actores.
Esther Gloria Díaz
Esta obra dirigida por la actriz Guacimara Correa nos trasladó hasta París y es allí donde pudimos conocer a Próspero, un director de teatro que regenta la taberna ‘La Cacatúa Verde’, pero en ocasiones llevar una taberna no es nada fácil, si tienes en ella, situaciones un tanto inusuales que pasan desde los deseos prohibidos, hasta algún que otro asesinato.
Encarnaban esta obra, los actores de la Escuela de Interpretación Guacimara Correa, con una excelente y cuidada puesta en escena , donde se destapó una auténtica revolución de talentos que causaron sin duda reacción entre los asistentes allí presentes.
Frescura, fuerza y emoción que nos trasladan unos actores encarnados en otros actores, parece un trabalenguas sin sentido pero en ocasiones eso es la vida, un auténtico juego de roles con verdaderos giros, una lección dada por unos actores de escuela que sienten donde pisan y miran al horizonte con esperanza en una LIBERTAD donde la CULTURA es SEGURA.
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