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Actualizado: Martes, 23 de Abril de 2024
Durante la vista oral quedó probado que el acusado, "con intención de satisfacer su ánimo libidinoso aplicó una crema en el ano y le introdujo el pene" a su sobrino de 7 años.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un hombre a nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual a su sobrino de 7 años.
Asimismo, el fallo de la sentencia recoge la prohibición de aproximarse durante diez años a menos de 150 metros del menor por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual.
Además estará en libertad vigilada una vez haya cumplido con la pena de prisión, por un plazo de seis años.
Esta es la condena después de haberse declarado probado que el acusado, un día del año 2013, en un piso de Las Palmas de Gran Canaria, donde residía junto a su sobrino de 7 años, estando a solas con el mismo y el hermano, y "con intención de satisfacer su ánimo libidinoso aplicó una crema en el ano y le introdujo el pene".
La sentencia apunta que el niño relató en su declaración que estaba a solas con su tío y su hermano en el domicilio que compartían con las hijas del procesado y otros familiares y cuando el menor estaba en una habitación y su hermano en el salón, el hombre cogió una crema de la nevera, se la puso en el ano y después le metió el pene. Asimismo, el encausado, según la víctima, le dijo el día de los hechos que "no contara nada de lo sucedido".
Para el tribunal, el testimonio del afectado es creíble ya que ha expresado un relato claro y "contundente". Tampoco se alegó, según el fallo, ningún motivo espurio que pudiese llevar al menor a inventar los hechos que, además, le contó a su madre tres años después.
La progenitora del chico indicó que en 2017 se encontraba almorzando con sus dos hijos "en una salida de fin semana del centro de menores, donde la víctima y su hermano se encuentran acogidos actualmente y el niño, de repente, comenzó a llorar y le contó lo sucedido con el acusado". Acto seguido, la mujer lo comunicó al centro, cuyos responsables fueron los que interpusieron la denuncia.
La perito declaró también que el menor "manifestaba mucha vergüenza y un alto malestar emocional" y se "resistió" a contar lo sucedido, por lo que solo se limitó a contar que su tío le había hecho algo en el "culo". El malestar de la víctima era "tan evidente" que la médico "tuvo que parar con el interrogatorio para evitar la victimización secundaria".
En el informe forense también se pone de manifiesto que "el afecto mostrado por el menor en el momento del relato, indica que experimentó una vivencia altamente estresante cuyo recuerdo activa sentimientos negativos, por lo que utiliza la evasión como mecanismo adaptativo".
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